El artículo tiene por objeto analizar la industria del streaming de videojuegos, enfocándose en la cambiante relación que ha existido entre las empresas desarrolladoras de videojuegos y los streamers. Desde el ámbito del Derecho de Autor, el streaming de videojuegos es un modelo de negocio que se vale de la explotación de una obra ajena para entretener a una audiencia virtual masiva. Con el paso del tiempo, esta práctica ha llegado a ser tolerada y aceptada por las compañías desarrolladoras de videojuegos, al encontrar en el streaming beneficios y sinergias para la promoción de sus obras.
Si bien la mayoría de titulares han optado por no reclamar una participación de los ingresos que genera la publicidad por el streaming de sus obras, esta posición podría cambiar con el paso del tiempo y requeriría plantear nuevas soluciones para conciliar los intereses económicos de las partes que han hecho posible el nacimiento de esta industria creativa.